El Puig de Santa Maria ha celebrado este fin de semana el cuarto capítulo de sus fiestas en honor a Sant Roc, con un programa repleto de actividades que han unido a vecinos de todas las edades en torno a la diversión, la cultura popular y la emoción taurina. Los clavarios de Sant Roc 2025 han vuelto a demostrar su entrega y capacidad organizativa, regalando al pueblo dos días intensos que quedarán grabados en la memoria colectiva.
Viernes: Día de los niños y niñas en La Pedrera
La jornada comenzó con los clavarios ya en marcha desde las 10:00 h, recorriendo comercios locales para comprar los fartons y la horchata que se servirían por la tarde. A las 11:00 h, se revisaban las colchonetas acuáticas instaladas en la piscina municipal del polideportivo La Pedrera, mientras decenas de niños y niñas esperaban impacientes para zambullirse en una jornada de juegos y chapuzones.

Con un aforo casi completo de 200 personas, la piscina se convirtió en un parque acuático improvisado, lleno de risas, carreras y pistolas de agua. A las 14:00 h, los clavarios se reunieron para disfrutar de una deliciosa paella, preparada por Camareta, que compartieron con sus acompañantes en un ambiente distendido. Tras una merecida mini siesta a la sombra, se reanudaron los juegos acuáticos a las 16:30 h, esta vez con los propios clavarios participando en batallas de globos y agua, reviviendo su infancia con entusiasmo.

Antes de cerrar la jornada, se repartieron 80 litros de horchata y 500 fartons, en una merienda que puso el broche dulce a un día inolvidable. La noche terminó con cena en la Fonda y descanso para recargar energías.
Sábado: Trashumancia infantil y toros
Arrancó temprano con los clavarios revisando el recorrido de la primera edición de la trashumancia infantil, una actividad novedosa que despertó gran expectación. A pesar de un pequeño retraso por vehículos estacionados dentro del recorrido, a las 11:30 h se disparó el cohete que daba salida a los becerros de la ganadería El Saliner, por unas calles repletas de pequeños y mayores que vivieron con emoción esta experiencia única.

Desde la Plaçeta de Peris, los niños y niñas corrieron junto a los animales, que fueron cuidados en todo momento por los responsables de la ganadería. Al finalizar, en la Plaza de Sant Roc, los más pequeños pudieron tocar a los becerros, hacerse fotos y aprender sobre ellos, en un gesto educativo que encantó a las familias. La actividad fue un éxito rotundo, y ya se pide que se repita en futuras ediciones.

Después, los clavarios repartieron libros de fiestas, revistas taurinas y pulseras en la plaza, antes de disfrutar de un arroz de secreto en la Fonda. A las 14:30 h, partieron hacia la Finca El Pinatar para cargar los toros de la tarde. Ya de vuelta en El Puig, se unieron a la charanga que animaba las calles desde las 17:00 h, y comenzaron los preparativos para la desencajonada en la calle Trencall. La fiesta continuó en la Taska que puso ritmo y música durante toda la tarde.

Los toros “Coleterón” (Clavarios de Sant Roc), “Limpiador” (Peña K-Talo) y “Guerrillero” (Peña 18 del 10) ofrecieron buenas carreras y momentos de emoción, cumpliendo con creces las expectativas del público. A continuación, se soltaron vacas de El Saliner, que permitieron a los corredores disfrutar de la arena en un ambiente festivo y seguro.
Finalizada la tarde, los clavarios retiraron los cajones y prepararon los pilones para el bou embolat. Tras reponer fuerzas con unas albóndigas en salsa con patatas fritas, llegó uno de los momentos más esperados: el sorteo de la tallà, que por primera vez se retransmitió en directo por nuestro periódico a través de TV El Puig.
Con emoción y nervios, salieron las bolitas que designaron a Julián, Manuel y David como los encargados de cortar la cuerda a los tres toros de la noche. Solo quedaban cinco nombres por salir, y estos tres fueron los afortunados.

A las 00:00 h, comenzó el bou embolat, y todas las cortadas resultaron exitosas. Julio tuvo que lidiar con una cuerda con holgura, pero logró cortarla con precisión. Manuel fue rápido y certero, y David protagonizó uno de los momentos más emotivos de la noche.
David, nos contaba que: “Treinta minutos antes de cortar la cuerda, estuve tranquilo con mi familia más cercana. Cuando llegó el cajón, me acerqué al pilón con decisión, miré al toro a los ojos y corté con fuerza. Me emocioné cuando Dani Gausí me acompañó al pilón, y más aún al saber que mi hermano estaba sujetando al toro del rabo. Mi madre desde el balcón y mi padre desde la barrera estaban emocionados. Cuando todo terminó, nos fundimos en un abrazo que nunca olvidaré.”

Tras el bou embolat, los clavarios aún tenían trabajo por delante: cargar los toros al camión, retirar barreras y pilones, y abrir de nuevo el recorrido. La jornada terminó en la Fonda, compartiendo emociones y recuerdos hasta bien entrada la madrugada, sobre las 6:00 h.
Domingo: Descanso, recuerdos y preparación
Día de descanso y repaso de momentos vividos. Las familias compartieron vídeos, fotos y anécdotas de un fin de semana intenso. Por la tarde, los clavarios, sin apenas tiempo para reponerse, se pusieron manos a la obra para limpiar los corrales y preparar los festejos taurinos del próximo y último sábado de Sant Roc 2025.
Sant Roc: emoción que no se detiene
Este cuarto fin de semana ha sido una muestra más de lo que significa ser del Puig: compromiso, tradición, alegría y comunidad. Los clavarios han vuelto a demostrar que cuando se trabaja con corazón, el resultado es inolvidable. Y aunque el cansancio se acumula, la ilusión por cerrar las fiestas por todo lo alto sigue intacta.
Sant Roc 2025 todavía tiene mucho que ofrecer. Y El Puig está listo para vivirlo.