El Puig vivió este viernes una de las noches más emblemáticas y concurridas de sus fiestas patronales: la esperada Noche de Paellas, que reunió a miles de vecinos en torno al fuego, la música y la devoción por la Mare de Déu del Puig.
Con el Real Monasterio de Santa María del Puig como telón de fondo, la Plaza Félix Ramajo y los alrededores del Colegio Santa Maria del Puig se convirtieron en auténticos fogones al aire libre. Desde primeras horas de la tarde, familias, peñas y grupos de amigos comenzaron a instalar sus mesas y preparar sus paellas en un ambiente festivo y de hermandad. El ayuntamiento, fiel a la tradición, facilitó la leña y un saco de arena para cada grupo, garantizando seguridad y comodidad en la cocción.

Además, el miércoles previo al evento, los inscritos recibieron un lote con los ingredientes básicos: arroz, pimentón, judías verdes planas, tomate, colorante y cerveza, lo que permitió que cada grupo pudiera centrarse en disfrutar y compartir sin preocupaciones logísticas.
Las zonas de cocinado se distribuyeron entre la Plaza Félix Ramajo y los alrededores del Colegio Santa Maria del Puig, mientras que las mesas se ubicaron principalmente en la Plaza del Cant Valencià y calles adyacentes, todas ellas repletas de vecinos que compartían cena, música y buen ambiente. El aroma de las paellas se mezclaba con las risas, los reencuentros y el murmullo de una comunidad que celebra sus raíces con orgullo.
A medianoche, la Orquesta Montecarlo tomó el relevo con una actuación vibrante que convirtió la Plaza del Cant Valencià en una pista de baile multitudinaria. Con una puesta en escena espectacular y un repertorio que abarcó desde clásicos del pop español hasta los éxitos más actuales, la orquesta hizo bailar a todas las generaciones, prolongando la fiesta hasta bien entrada la madrugada.

Durante la velada, las Camareras y Clavarios compartieron sus impresiones sobre esta noche tan especial:
“Estamos muy agradecidos por la participación y el ambiente que se ha vivido. La Noche de Paellas es uno de los momentos más esperados de nuestras fiestas. Ver a tantas personas reunidas, compartiendo mesa y alegría, nos emociona profundamente. Es un reflejo del espíritu de El Puig. Aprovechamos para felicitar al Ayuntamiento por la excelente organización del evento.”
La concejala de fiestas, Tonica, también expresó su emoción por la gran participación:
“La Noche de Paellas es el reflejo de lo que somos: un pueblo unido, festivo y orgulloso de sus tradiciones. Gracias a todos los que habéis participado y mantenido vivo este espíritu.”
La jornada concluyó con el sabor de la buena cocina, buena música, el calor de la comunidad y la emoción de seguir celebrando a la Mare de Déu del Puig. Una noche mágica que reafirma que en El Puig, la tradición no solo se conserva: se vive con intensidad.

