En la tarde de hoy, El Puig ha vivido uno de esos momentos que marcan el alma de un pueblo. A las puertas del Real Monasterio de Santa María de El Puig, decenas de vecinos se han reunido para acompañar a Chelo Mateos Felipe.
La iglesia, completamente llena, acogía con recogimiento y emoción este acto de despedida. Al inicio de la misa, el padre Don Melchor pronunciaba unas palabras en recuerdo de Chelo, dirigidas con especial cariño a su esposo Julio Badenes Almenara, a sus hijos, a su hermana y al resto de familiares. En su mensaje, Don Melchor resaltaba la importancia de vivir estos momentos difíciles con fe y esperanza, confiando en que Chelo ya descansa en paz junto a Jesucristo.
El sacerdote también tuvo unas palabras muy sentidas para Julio, a quien la Orden de la Merced considera parte de su familia, un amigo entrañable. Su vínculo con la comunidad mercedaria ha sido siempre profundo y sincero.
Palabras que llegan al alma
Tras el rito religioso, Julio tomó la palabra para dedicarle a su esposa unas emocionantes y bellas palabras que conmovieron a todos los presentes. Hablando directamente a Chelo, recordó cómo se conocieron, cómo construyeron una vida juntos y cómo, incluso en los momentos más duros, supieron mantenerse unidos.
Julio nos hizo reflexionar sobre el verdadero significado de la felicidad: “No consiste en una foto de postureo”, decía, “sino en saber estar el uno al lado del otro durante este recorrido que es la vida”. Con orgullo, compartía cuánto adoran sus hijos a su madre, y cómo, a pesar de las dificultades, han sido profundamente felices.
También expresó su profundo agradecimiento al Colegio Santa María de El Puig, por haberles permitido, durante todos estos años, dedicarse juntos a lo que más aman: educar en valores democráticos. Un proyecto compartido que ha sido parte esencial de su vida y de su vocación.
Julio quiso rendir homenaje a la Orden de la Merced, reconociendo su papel esencial en la historia y el presente de El Puig. A los pies de la Mare de Déu del Puig, con el recuerdo de la Virgen de la Carballeda, evocó el amor que Chelo sentía por su pueblo, por su gente y por su patrimonio. Chelo se sentía una puchenca más, a pesar de haber nacido en Rionegro del Puente (Zamora), pocas personas como ella sabían apreciar la importancia de nuestro municipio.
El cariño de sus alumnos y compañeros
Sus alumnos y compañeros del Colegio Santa María de El Puig tampoco han querido faltar. Han acompañado a Chelo y a su familia durante todo el acto, mostrando el cariño y el respeto que se ganó a lo largo de su trayectoria como educadora y como persona.
A nuestro amigo Julio
A ti, Julio, sirvan estas palabras como homenaje sincero y como abrazo colectivo de todo el pueblo. Desde La Veu del Puig, periódico del que formas una parte esencial e imprescindible, queremos rendir tributo a Chelo Mateos Felipe, a su vida, a su entrega, a su amor por la familia, por la educación y por su pueblo.
Chelo ha sido luz, ha sido raíz, ha sido ejemplo. Y aunque hoy hemos vivido un momento profundamente emotivo, no hemos despedido a Chelo, como bien has dicho Julio. Esta tarde, la hemos acompañado en una nueva puerta que ha abierto, una puerta hacia la paz, el descanso, la eternidad. Porque Chelo permanece viva entre nosotros, en nuestro recuerdo, en cada gesto, en cada palabra, en cada rincón de El Puig que ella tanto amó.
Que la Mare de Déu del Puig y la Virgen de la Carballeda la acojan en su regazo. Que su memoria nos inspire. Que su amor nos una.
Descansa en paz, Chelo.
El Puig nunca te olvidará.
