La jornada que se preveía tranquila y soleada en el municipio de El Puig se transformó en un episodio meteorológico sorprendente y cargado de intensidad. Alrededor de las 16:30 horas, el cielo comenzó a oscurecerse de manera repentina, tiñéndose de tonos negros y grises que anunciaban un cambio brusco en el tiempo. Minutos después, una sucesión de rayos y truenos estremeció el término municipal, resonando con fuerza en calles y viviendas.
Un fenómeno inesperado
Los vecinos, que hasta ese momento disfrutaban de un día apacible, se vieron sorprendidos por la magnitud de la tormenta. “Parecía que el cielo se partía en dos”, comentaba un residente, aún impresionado por el estruendo de los truenos. La intensidad de los rayos fue tal que, por unos instantes, la tarde se iluminaba con destellos que contrastaban con la oscuridad del cielo.
Tras el estallido eléctrico inicial, la tormenta derivó en una lluvia moderada que se prolongó durante parte de la tarde. Aunque no alcanzó niveles torrenciales, sí fue suficiente para mantener a los vecinos resguardados en sus hogares y alterar la rutina diaria.

El episodio provocó un corte de luz que dejó sin suministro eléctrico a varias zonas de El Puig durante unos minutos. Además, las comunicaciones telefónicas se vieron interrumpidas de manera momentánea, lo que generó cierta inquietud entre los residentes. Sin embargo, la normalidad se recuperó rápidamente y, afortunadamente, no se han registrado daños materiales de relevancia ni incidentes personales.
Pronóstico que no se cumplió
Lo más llamativo del fenómeno es que no estaba previsto por las autoridades meteorológicas. Según los pronósticos, la jornada debía ser soleada, con temperaturas propias de mediados de noviembre. La irrupción de esta tormenta eléctrica pone de manifiesto la dificultad de anticipar ciertos fenómenos atmosféricos, especialmente en un contexto de variabilidad climática creciente.
La tarde de este lunes quedará en la memoria de los vecinos como un recordatorio de la fuerza imprevisible de la naturaleza. Lo que comenzó como un día apacible se convirtió en un espectáculo de rayos y truenos que paralizó por momentos la vida cotidiana. Aunque todo quedó en un susto, el episodio invita a reflexionar sobre la importancia de estar preparados ante cambios repentinos en el tiempo y sobre cómo la meteorología sigue siendo, en ocasiones, tan sorprendente como indomable.

