Este domingo, como viene siendo habitual cada cierto tiempo, la quinta del 53 volvió a reunirse en el Huerto de Santa Maria para disfrutar de una jornada de convivencia, recuerdos y amistad.
La cita comenzó con un ambiente festivo desde el primer momento. Los asistentes pudieron degustar una amplia variedad de entrantes caseros, preparados con esmero para la ocasión, que dieron paso al plato estrella del encuentro: una exquisita fideuà de pato y foie, elaborada con el cariño y la tradición que caracteriza a estas reuniones. El menú se completó con dulces típicos que pusieron el toque final a la mesa, acompañados de buena música que animó la sobremesa y dio ritmo a la tarde.
Más allá de lo gastronómico, la jornada fue un verdadero reencuentro generacional. Los miembros de la quinta compartieron anécdotas, recordaron vivencias pasadas y celebraron que, aunque los años siguen avanzando, la amistad y la hermandad permanecen intactas. La música, las risas y las conversaciones se mezclaron con la emoción de volver a verse y reforzar unos lazos que son parte de la identidad de El Puig.
El Huerto de Santa Maria se convirtió en el escenario perfecto para esta celebración, un espacio que acogió a los quintos con calidez y que permitió disfrutar de una tarde entrañable bajo el signo de la tradición y la unión.
Reencuentros que fortalecen la memoria
La reunión de la quinta del 53 es un ejemplo de cómo la memoria compartida y la amistad se mantienen vivas con el paso del tiempo. Una jornada entrañable que merece la enhorabuena por la iniciativa, porque fortalece los lazos personales y refuerza el valor de la tradición en la comunidad.
El tiempo pasa, pero la unión permanece.
