Este lunes 5 de agosto, la explanada del Monasterio de Santa María del Puig fue testigo de una escena cargada de espiritualidad y entusiasmo juvenil. Coincidiendo con la festividad de la Virgen de las Nieves, diez autobuses procedentes de distintos puntos de la Diócesis de Córdoba desembarcaron a más de 500 jóvenes peregrinos, que hicieron una parada decisiva en su camino de regreso a casa tras una intensa experiencia de fe.
El ambiente se tornó festivo y solemne a partes iguales, con los cantos, oraciones y momentos de reflexión marcando el ritmo de la jornada. La eucaristía celebrada en el interior del monasterio se convirtió en el corazón del encuentro, presidida por más de 20 miembros del clero cordobés, entre ellos sacerdotes, diáconos y seminaristas, quienes acompañaron a los peregrinos no solo en lo espiritual, sino también en lo emocional.
Un momento de comunión y agradecimiento
Durante la misa, no faltaron las palabras de gratitud hacia la Virgen de las Nieves, cuya festividad dio contexto a este emotivo encuentro. Los organizadores destacaron la importancia de vivir la fe en comunidad, y subrayaron el papel de la juventud en la renovación espiritual de la Iglesia.
Los asistentes compartieron vivencias de la peregrinación, que más allá del esfuerzo físico, dejó huellas profundas en el alma de muchos.
El regreso con el corazón lleno
Tras la ceremonia y momentos de convivencia, los jóvenes emprendieron de nuevo el viaje hacia Córdoba, llevándose consigo no sólo recuerdos, sino también el compromiso de seguir sembrando esperanza en sus comunidades. El paso por El Puig quedará grabado como uno de los momentos culminantes de esta peregrinación.
Este encuentro demuestra que, aún en tiempos marcados por la incertidumbre, la fe sigue siendo un faro que guía, une y transforma. Y hoy, más de 500 jóvenes lo han confirmado con su alegría contagiosa, su oración viva, y su profunda conexión con lo sagrado.
