Este fin de semana, El Puig ha vivido una experiencia cultural única con la celebración de la segunda edición del Festival Jaume I, que tuvo lugar del viernes 3 al domingo 5 de octubre en el majestuoso entorno del Real Monasterio de Santa María de El Puig. Un enclave cargado de historia que se convirtió en el escenario perfecto para rendir homenaje al monarca que marcó el nacimiento del pueblo valenciano.
Organizado por la Fundación Cultural Capella de Ministrers (FCCdM), con la colaboración del Ayuntamiento de El Puig, el Monasterio y la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana, el festival se enmarca en los actos preparatorios del 750 aniversario de la muerte de Jaume I, que se conmemorará en 2026.
Inauguración con historia viva
El festival arrancó el viernes con una conferencia del escritor y catedrático Vicent Josep Escartí, que nos sumergió en el legado de Jaume I a través del Llibre dels fets. Fue una intervención profunda y emotiva, que conectó pasado y presente con una mirada literaria y política sobre el monarca.
A continuación, el dúo formado por César Carazo y Eduard Navarro ofreció el programa De la corte al pueblo soberano, un viaje musical por las cantigas de Alfonso X El Sabio y las melodías de trovadores, goliardos y sefardíes. El público, que llenaba la nave central del monasterio, se dejó envolver por los sonidos medievales que resonaban entre los muros centenarios.
Mística franciscana y danza con alma
El sábado por la noche, bajo la dirección de Carles Magraner, la Capella de Ministrers & AVocalCdM estrenó San Francesco, juglar de Dios, una obra que conmemoraba el próximo 800 aniversario de la muerte de San Francisco de Asís. La interpretación fue delicada, espiritual y profundamente conmovedora, con piezas que evocaban el alma franciscana y su influencia musical.
El domingo por la mañana, el espectáculo Les dones de Roís sorprendió por su fusión de danza contemporánea, música renacentista y literatura del siglo XV. El coreógrafo Toni Aparisi, junto a los músicos Kaveh Sarvarian y Jon Wasserman, ofrecieron una propuesta multidisciplinar que emocionó al público y puso en valor la figura de Joan Roís de Corella.
Clausura con armonía celestial
El broche final llegó el domingo por la noche con el concierto Harmonia Sphaerarum, a cargo de Mediterrània Consort (David Antich, Ignasi Jordà y Pau Ballester). Inspirado en la teoría pitagórica de la armonía de las esferas, el programa fue una auténtica sinfonía cósmica que unió música, filosofía y astronomía medieval. Una clausura mágica que dejó al público en silencio y con el alma llena.
Coordinación impecable
Una figura clave en la organización ha sido Blanca Vázquez Canales, vecina de El Puig y coordinadora del festival. Su implicación ha sido total, tanto en la logística como en el alma del evento.
Blanca, ha querido destacar el ambiente vivido durante los tres días: ”Gracias de corazón a todos los vecinos, visitantes y amantes de la cultura que han llenado el monasterio con su presencia, su respeto y su entusiasmo. Ha sido muy emocionante ver cómo El Puig responde con cariño y orgullo a una propuesta que nace desde nuestras raíces. Sin ellos, este festival no tendría sentido.
Ha sido un festival íntimo, cercano y lleno de momentos especiales. Cada aplauso, cada mirada atenta, cada conversación después de los conciertos nos confirma que la cultura tiene un lugar muy vivo en nuestro pueblo.”
Un fin de semana para la memoria colectiva
El Festival Jaume I ha sido mucho más que una programación cultural: ha sido una celebración de la identidad valenciana, un reencuentro con nuestras raíces y una muestra del compromiso de El Puig con la cultura, la historia y el arte.
Durante tres días, el Real Monasterio se convirtió en un espacio de encuentro entre generaciones, entre disciplinas, entre territorios. Una cita que deja huella y que ya se consolida como uno de los eventos culturales más singulares de la Comunitat Valenciana.
¡Hasta la próxima edición, Festival Jaume I!
