Tres derrotas seguidas. Un 5-0 doloroso en Tavernes Blanques. Un inicio de liga que no refleja el verdadero potencial de este equipo. Pero si algo define al Amateur A de El Puig C.E., no son los tropiezos, sino la forma en que se levanta. Porque este vestuario está hecho de esfuerzo, de compromiso, de orgullo. Y sobre todo, de unión.
Cada entrenamiento, cada partido, cada minuto en el campo es una oportunidad para demostrar quiénes sois. Y no estáis solos. El pueblo está con vosotros. Os anima desde la grada, os saluda por la calle, os sigue en redes, os cree. Porque sois su equipo, su camiseta, su historia. No camináis solos. Camináis con todo un pueblo detrás.
Y ese apoyo se siente. Se nota en cada mirada de los veteranos, en cada grito de aliento de los jóvenes, en cada aplauso de las familias. El Puig no abandona a los suyos. El Puig empuja, acompaña, y espera la reacción.

Vuestro entrenador, Manolo Marco, lo tiene claro. Y lo ha dicho alto y claro en el vestuario:
“Este grupo tiene alma. Nos han golpeado, sí, pero no nos han tumbado. Vamos a levantarnos, a competir, y a demostrar que este vestuario tiene carácter. Confío en vosotros, y sé que vamos a dar la vuelta a esto. No por orgullo, sino por convicción.”
Porque esto no va solo de fútbol. Va de valores. Va de aprender a perder para saber ganar. Va de mirar al compañero y saber que no estás solo. Va de salir al campo con la cabeza alta, aunque el marcador no te haya sonreído. Va de creer en el proceso, en el trabajo, en el grupo.
La temporada es larga. Los puntos volverán. Las victorias llegarán. Pero lo que no puede faltar es la actitud, el compromiso y el orgullo de vestir esta camiseta. Porque cuando se juega por el escudo, no hay marcador que te defina. Lo que te define es cómo luchas, cómo te entregas, cómo te levantas.
Así que levantad la cabeza. Mirad al frente. Porque el próximo partido empieza hoy. En cada pase, en cada esfuerzo, en cada decisión. Somos El Puig.
¡Vamos, equipo! Que se note que estamos vivos. Que se note que El Puig no se rinde. Que se note que este vestuario tiene alma. Que se note que el fútbol también se juega con el corazón.
El Puig C.E. no se rinde.