El Puig de Santa María, municipio valenciano con alma histórica y encanto mediterráneo, se consolida como un destino turístico de referencia en la comarca de l’Horta Nord. Su privilegiada ubicación, a escasos 14 kilómetros de Valencia, su cercanía a las playas del Mediterráneo y su valioso patrimonio monumental, encabezado por el Real Monasterio de Santa María del Puig, convierten a esta localidad en un enclave ideal tanto para el turismo cultural como para el descanso junto al mar.
Núcleo urbano: predominio de trabajadores y parejas
Los hoteles situados en el núcleo urbano de El Puig han registrado este verano una ocupación del 90%, una cifra notable que refleja la vitalidad del sector. El precio medio por habitación doble se sitúa entorno a 59 euros entre semana y asciende alrededor de 95 euros durante los fines de semana. Aunque en esta temporada estival se ha observado un incremento de turistas (principalmente de nacionalidad española, seguidos por franceses, holandeses y otras nacionalidades europeas), la mayoría de las habitaciones siguen siendo ocupadas por trabajadores de empresas que desarrollan proyectos en la zona.
La duración de las estancias varía según el motivo del viaje: los turistas suelen alojarse entre 4 y 8 días, mientras que los trabajadores permanecen según la duración de sus encargos. En cuanto al perfil del huésped, predominan las parejas y personas individuales, siendo escasa la presencia de familias en los alojamientos del centro urbano.
Playa: turismo familiar y ocupación total en verano
En contraste con el núcleo urbano, el establecimiento hotelero ubicado en la zona de playa ha alcanzado una ocupación del 100% durante el verano. Este espacio se convierte en el refugio ideal para familias españolas que buscan disfrutar de unas vacaciones completas junto al mar. Las estancias suelen prolongarse hasta los 10 días, con un precio cerrado de 126 euros por noche en pensión completa para habitación doble. Además, se aplican descuentos especiales para personas mayores y con discapacidad, lo que refuerza el carácter inclusivo del turismo local.
Durante la temporada baja, el precio se reduce a unos 98 euros, y el perfil del huésped cambia: los trabajadores de empresas vuelven a ser los principales ocupantes, manteniendo cierta actividad en los meses menos turísticos.
FITUR: escaparate clave para impulsar el turismo anual
En este contexto, la participación de El Puig de Santa María en ferias internacionales como FITUR (Feria Internacional de Turismo) representa una oportunidad estratégica para consolidar su imagen como destino turístico integral. Más allá de sus playas, FITUR permite visibilizar la riqueza cultural, histórica y gastronómica del municipio, atrayendo visitantes durante todo el año.
El Real Monasterio, las rutas históricas, las fiestas tradicionales, la artesanía local y la cocina mediterránea son activos que pueden cautivar a un público más amplio si se promocionan adecuadamente. La feria ofrece un escaparate global donde El Puig puede posicionarse como un destino que combina descanso, cultura y autenticidad, ideal para escapadas en cualquier estación.
Conclusiones: datos positivos y retos para la desestacionalización
Los datos de ocupación hotelera en El Puig de Santa María son muy alentadores. Con un 90% de ocupación en el núcleo urbano (impulsado por la actividad empresarial) y un 100% en la playa durante el verano (gracias al turismo familiar nacional), el sector hotelero se posiciona como un motor económico clave para el municipio. Esta dinámica genera empleo directo e indirecto, dinamiza el comercio local y refuerza la imagen de El Puig como destino atractivo.
Sin embargo, el reto persiste fuera de la temporada alta. La ocupación desciende notablemente en los meses de invierno, lo que plantea la necesidad de fomentar un turismo cultural y patrimonial que mantenga la actividad hotelera durante todo el año. FITUR se presenta como una herramienta esencial para lograr este objetivo, permitiendo promocionar el municipio como un destino con historia, tradiciones vivas y una oferta gastronómica que merece ser descubierta en cualquier estación.
El Puig de Santa María tiene mucho que ofrecer los 365 días del año. El turismo no solo debe ser estival: su historia, costumbres y hospitalidad merecen ser vividas en cualquier momento. Y FITUR puede ser el altavoz que proyecte esa riqueza al mundo.
