Cada mes de agosto, El Puig de Santa Maria se transforma en un hervidero de emoción y tradición con la celebración de las Fiestas en honor a Sant Roc, organizadas por los clavarios del año. Esta festividad, profundamente arraigada en la identidad del municipio, combina actos religiosos, culturales y lúdicos que congregan a vecinos y visitantes en torno a una de las celebraciones más emblemáticas de la localidad.
Un programa que se extiende durante todo el mes
Aunque el día grande es el 16 de agosto, festividad de Sant Roc, los actos comienzan desde principios de mes. Cada sábado se celebran eventos taurinos como la bajada de cajones, desencajonadas y el tradicional bou embolat, que llenan las calles de música, emoción y participación popular.
La Nit d’Albaes y la ofrenda floral
La noche del 15 de agosto, las calles se iluminan con la emotiva Nit d’Albaes, donde se cantan versos tradicionales en honor a la Mare de Déu del Puig, a Sant Roc y a los clavarios. Previamente, se realiza una ofrenda floral que recorre el casco antiguo acompañada por dolçaines, tabals y la banda de música local.

Romería y procesión
El día de Sant Roc, los clavarios y sus acompañantes protagonizan una romería desde el lugar donde reposa el santo hasta la iglesia parroquial. La imagen de Sant Roc recorre las calles en una solemne procesión, seguida por centenares de vecinos que rinden homenaje al patrón.
Fiesta, música y comunidad
Las noches se cierran con macrodiscomóviles, castillos de fuegos artificiales y cenas populares como la tradicional “Magre amb tomata”, preparada por los clavarios para las peñas locales. Estos momentos refuerzan el espíritu comunitario y la alegría compartida que caracterizan la fiesta.
Una tradición con cinco siglos de historia
La devoción a Sant Roc en El Puig se remonta al siglo XVII, cuando se fundó una cofradía dedicada al santo como protector contra las epidemias. Aunque la hermandad religiosa desapareció en los años 60, los clavarios actuales mantienen viva la llama de esta celebración, que sigue siendo símbolo de identidad, solidaridad y arraigo.
Las Fiestas de Sant Roc no solo son una expresión de fe, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el valor de la tradición y el papel de la comunidad en la construcción de un futuro compartido.